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Definitivamente se nos está yendo de las manos. Y la mayoría de las veces no somos conscientes de ello.

Empezamos por "cuidarnos un poco" y terminamos hinchándonos a quemagrasas y proteínas después de cada entrenamiento del gimnasio, por restringirnos cualquier tipo de alimento con alguna que otra caloría adicional, por sustituir los buenos ratos con los colegas, las buenas cenas y las cervezas frías del verano.

Abrimos cualquier revista y lo que vemos son cuerpos espectaculares fuera de nuestras espectativas, belleza, superioridad e incluso perfección para algunos. Pero... ¿realidad? Delgadez extrema para ellas, abdominales marcados y brazos torneados para ellos. 

Dejando atrás ambición y superación a partes iguales, cada uno tiene que preguntarse a sí mismo hasta qué punto realmente merece la pena perderse los mejores años de su vida por tener la imagen deseada.
Disfruta, vive, y cuídate. Pero ante todo, se feliz.